viernes, 7 de octubre de 2016

Devin Townsend - Ocean Machine.

Es el segundo disco solista de Devin Townsend, quien acaba de salir de "Punky Brüster – Cooked on Phonics" para traernos "Ocean Machine", una idea muy alejada de lo que para la época su culto de seguidores estaba acostumbrado por Strapping Young Lad.



El primer tema, The Seventh Ocean, es un canto de hipnotismo que te atrae a sus aguas, te da ganas de todo menos de salir corriendo como aconseja la canción, te invita a adentrarte en el océano de sonidos que eleva  Devin Townsend, te hace sentir curioso por la marea de sonidos que anuncia este primer tema. "We're never alone, watch the ocean", la última advertencia de la canción para estar atentos al adentrarnos en el Ocean Machine.

Life es la canción veraniega de finales de los 90's pero con más maldad, bien pudo haber estado en cualquier película cheesy, al mejor estilo teenage movie de los 90's y subirle el nivel a cualquier mal "éxito del verano".

Night comienza con un riff tan dulce que te envuelve en un espiral de caracol sobre ti mismo, seguido por los susurros vocales de Townsend, pisando las escaleras plantadas por los sonidos de su sintetizador. Todo para que te dejes caer en la red puesta bajo una caida de 100 pies de altura, que te eleva la canción, y así continúas, cayendo y cayendo como lluvia en el océano.

Hide Nowhere, te hace querer realmente saltar mientras te guían al final los cantos casi tribales de fondo, una canción que definitivamente causaría un mosh pit al ser tocada en vivo, pero que al final del día me parece sólo eso, una canción de transición para hacer una "olla" (mosh pit).

Sister, es un gran interludio onírico para avisarle a su hermana que "no hay nada que él pudiera hacer" (me pregunto que sería). Lo cual nos lleva a flotar (literalmente flotar) en la calma del siguiente tema, 3 A.M., si sister era el inicio por el viaje de los sueños, aquí cruzamos el umbral. 3 A.M. suena como la canción siamesa de la siguiente y que están cosidas de costado, inseparables solamente mediante métodos quirúrgicos, Voices In The Fan. La cual nos hace entrar en un reino pseudo-celestial de que suena como gritar a todo pulmón dentro de una nube mientras rebotas sobre estas, viajando por dominios macabramente sosegados, en especial por los cantos corales que te abofetean con su guante de seda al final del tema.

Greetings nos resgresa a un plano más terrenal, nos baja de esas nubes de vuelta al océano insano de Townsend, para continuar navegando por sus aguas de torbellinos mentales. Para caer en el votex que nos esperaba con Regulator, un tema que al igual que 3 A.M. y Voices In The Fan se puede fusionar con su tema anterior como preludio para darle un significado más grande, que el oido ya estaba preparado para escuchar. Regulator es un tema que sencillamente no quieres que se termine y que te provoca casi iniciar una revolución mientras suena.

Funeral nos comienza a atraer con una atmósfera casi avant-garde, recordandome un poco ese intro al "Colma" de Buckethead. Para pasar a un plano de riffs de Townsend, sentando el pavimento sobre el que va a entrar en breve la voz, tomándose su tiempo para la correcta ambientación, voces suaves que se tornan rotundas. Esta sería la parte en la que el disco se levanta en olas para que los intrépidos las monten, mientras miras al cielo imaginándote volar las gaviotas que suenan en la última parte del tema, "And I went to the funeral in the rain".

Bastard tiene dos partes, la primera (Not One of My Better Days) nos lleva a un ambiente muy denso y melancólico desde el principio, creando un telón oscuro para atravesar, así nos mantiene caminando esa tela que trae conflictos y reflexiones internas, "bastard, mother, father". Terminando con un cambio en la letra y ritmo para hacer menos denso y más llevadero el flujo de la canción, como los últimos torrentes del fluido que se derrama, enmarañando con una combinación de sonidos de la guitarra y el teclado en crescendo que te eleva el corazón, simbolizando la segunda parte de la canción (The Girl From Blue City).

The Death of Music comienza con susurros de poéticos de Townsend al beat, para transformarse en desgarros vocales de dolor, mientras continúa la poesía de la historia con fuerza, la musicalización de la muerte al adentrarte en ese océano desconocido, abismo de criaturas, abrazando y aceptando la idea de la soledad. Aquí nos trata de contar una oda a la muerte y lo irreconocible mentiéndonos y dejándonos perdidos en esa bruma desconcertante que es lo que trasmite de una manera muy bien lograda. Tal como lo sintetiza en el climax de su letra, ese viaje: "It's like a death becomes musical".

Things Beyong Things, me recordó bastante al gran tema "Nutshell" de Alice In Chains, desde aquí sabía que sería un buen tema para escuchar repetidas veces luego.
Aquí nos hace ir más allá de esa bruma del abismo de la muerte, del océano infinito e irreconocible, contándonos desde el punto de vista de aquél que ya está en ese otro lado. Haciéndonos ver que es un lugar de dualidad con oscuridad y luz, con miedos y heridas nutridas, lugar de reflexión pútrido. Finalizando con un grito agudo, reflejo sonoro de la experiencia sensorial de ese ser que define las cosas como nada más que cosas, dejándome entender muy bien la naturaleza incómoda de ese lugar. El sonido agónico final de esa "Ocean Machine" que muere al terminar el disco.

Si me dieran una frase para describir lo que mueve los engranajes de la maquinaria/organismo que representa la idea del "Ocean Machine" sería "un líquido onírico y emocional". Que tal como el disco inicia de manera sosegada y tranquila, para terminar siendo una imágen podrida de incómoda que es lo que nos explica el viaje de este disco. Un disco que recomiendo altamente, para que te lleve de viaje por la idea de su mundo sensorial oceánico.

Temas favoritos: Things Beyong Things, The Seventh Ocean, Regulator, Voices In The Fan.

Clasificación: 9.6/10

"I started to see human beings as little lonesome, water based, pink meat." -Devin Townsend, tras terminar de grabar Ocean Machine. 1997

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